viernes, 21 de marzo de 2014

¿QUÉ ES LA HUELLA ECOLÓGICA?

Medir el impacto de nuestra sociedad en el ambiente es una tarea compleja. Sin embargo, se han propuesto diversas maneras para hacerlo entre ellas el índice del planeta viviente (IPV) y el indice de sustentabilidad ambiental. De todas estas formas de medirlo no obstante, la mas conocida es a traves de la huella ecologica propuesta en 1996  por el ecologo canadiense William Rees y un estudiante graduado que trabajaba con el, Mathis Wackerhagel.

Archivo: William Rees octubre 2008.jpg


La huella ecológica es una herramienta cuantitativa que estima el impacto ecológico de la humanidad sobre la ecosfera en términos de ecosistema apropiado (tierra y zona de agua). Esta investigación pone de manifiesto la incompatibilidad fundamental entre el material continuo crecimiento económico y la seguridad ecológica, y ha ayudado a volver a abrir el debate sobre los derechos humanos la capacidad de carga como una consideración en el desarrollo sostenible. (William Rees).



Este concepto se basa en que los seres humanos, al igual que las plantas y los animales con los que habitamos el planeta, necesitamos de alimentos, energía y agua para vivir. Para obtener los vegetales, las frutas y la carne, así como las fibras, la madera y la energía eléctrica, necesitamos de un “pedacito” de la naturaleza, es decir, de una superficie que nos permita producirlos. De esta manera, requerimos de muchas hectáreas de suelos para destinarlos a la agricultura, otras tantas de bosques para extraer la madera y una gran superficie para captar y almacenar el agua que sirve en las hidroeléctricas para generar la electricidad, así como de minas para extraer el carbón y otros minerales indispensables en la industria moderna. A ello debemos sumar la superficie necesaria para absorber nuestros desechos, como el bióxido de carbono (CO2) que se produce por la quema de combustibles fósiles.Toda esa superficie es nuestra huella ecológica.


Puesto en palabras sencillas, la huella ecológicaes la superficie necesaria –tanto terrestre como marina- para producir los alimentos y las otras materias primas que requerimos, así como para absorber nuestros desechos, generar la energía que consumimos y proveer del espacio para caminos, edificios y otro tipo de infraestructura.





Comúnmente, quienes calculan las huellas ecológicas utilizan como unidades de medida las hectáreas –cada una de las cuales equivale a diez mil metros cuadrados-. Si lo que calculan es la huella ecológica mundial, se utiliza como unidad la hectárea global, la cual toma en cuenta la productividad y la capacidad de absorción de los desechos del planeta como un todo, sin importar si esta superficie está ocupada por selvas, desiertos o terrenos con hielos perpetuos, o si ésta se encuentra en Australia, la India o México.Puede parecernos lógico entonces que, entre mayores sean nuestras necesidades de bienes y servicios –las cuales en efecto han crecido día con día en el mundo-, mayor será también la superficie que necesitaremos para producirlos y desalojar nuestros desechos, y por tanto, nuestra huella ecológica será también más grande.Los países con sociedades más industrializadas tienen huellas mayores que las de los países en desarrollo.